El corazón tiene un campo electromagnético más grande y un nivel más alto de inteligencia que el cerebro, el campo electromagnético proyectado por el corazón de un caballo es cinco veces mayor que el humano siendo más fuerte que el nuestro, puede influir directamente en nuestro propio ritmo cardíaco, tienen lo que se llamaría coherencia cardíaca que nos permite incrementar nuestros niveles de regulación, resiliencia y energía interior.

 

El caballo ha marcado no solo mi corazón, si no mi vida, ha influido en la forma en que percibo esta, para mi dicho animal representa control y poder, adjetivos en donde la vulnerabilidad no tiene cabida, si bien ha sido parte importante de la evolución en la historia del ser humano, en mi caso siempre ha sido el protagonista dentro de mi núcleo familiar, por ello los simbolismos que adquirí sobre el, provienen meramente de una proyección humana de mi entorno, más que algo idealizado o histórico. Este proyecto me ha significado una exploración acerca de la percepción que tenemos sobre la relación con los animales como sociedad y de como se traslada dicha relación al imaginario personal de cada quien, en este caso, el mío.